Sunday, September 25, 2011

Twitterland: cavilaciones dominicales en estado libre.



Es una máquina efectiva twitter. Pocas herramientas digitales más letales a la hora de difundir información y de activar movimiento en torno tanto a causas como a fiestas. También otorga cierta horizontalidad y transversalidad con un grupo de gente al que difícilmente uno podría acceder, ya sean estos políticos, comunicadores, deportistas o simplemente el star system. Twitter es entonces como la plaza del pueblo donde podemos recibir datos de interés que no están presentes en los medios tradicionales y donde cada uno es percibido de la manera en que se construya al interior de la comunidad.

A través de twitter uno se puede enterar de eventos que están sucediendo en el aquí y ahora con anticipación a los medios offline. Tiene una falencia clara, que es observar la pauta en desarrollo y no verificada y menos analizada, lo cual puede llevar a errores y vergüenzas evitables. Sin embargo, cuando uno sabe filtrar y buscar información sobre un hecho o una idea puesta sobre la pantalla puede tener resultados inesperadamente ricos en despercudirte la realidad.

Una suerte de higiene digital y mental es seguir a quienes aportan desde sus áreas de interés y dejar de leer a quienes poco y nada quieren ofrecer, como son esos centros de madres que miran todo desde la desconfianza y la rabia o a los que esperan ser admirados por sus genialidades y puntos de vista y son incapaces de conversar, participar y colaborar positivamente. Pero es un error simplemente quedarse con la profundidad de campo que entrega el sólo juntarse entre los que conozco y no abrirse a escuchar a gente que no es de tu círculo hermético. Siempre será bueno conocer otras realidades –en especial en un país que no permite ni promueve el cruce de veredas- ya por último si te topas con gente desagradable cuentas con la maravillosa facultad de hacer unfollow o más efectivo aún: aplicar block. Dos seguros contra incendios mentales que te aseguran una vida más rica en minerales y vitaminas.

Sobre quién es uno en el Twitterland no hay mucho que decir. Uno es el que es y excesivo cálculo en intentar ser otro tarde o temprano termina notándose por anga o por manga. Si uno quiere ser evangélico y pararse a predicar, lo logra pero no implica popularidad; si uno quiere manipular corre más riesgo de ser pillado que de lograr el objetivo; si quieres ofrecer material desde tu ámbito de interés y te especializas en el área sin duda ocuparás un rol en el pueblo. Pastelero a tus pasteles (que ojalá sean ricos claro, el comprador es exigente). Si quieres ser troll debes ser muy hábil e ingenioso: puedes convocar a tus ejércitos de gremlins pero también ser bloqueado de un solo tiro entre ceja y ceja.

Es un ejercicio interesante hacer unfollow a ciertos personajes por un período de tiempo determinado para ver de qué manera afectan tu estado de ánimo, si estos son más radioactivos que propositivos; es mejor aún seguir a quienes te abren la cabeza con información, opinión y una actitud generosa, bien intencionada.

Sin duda alguna es una fuerte herramienta para hacer política, menos profunda que un blog pero más inmediata que Facebook, aunque este último se ha perfeccionado y deja en el primer pantallazo la línea de conversación. Es mejor conversar en Facebook, claramente. Pero twitter tiene esa virtud de sorprender y llegar más allá de las fronteras que tienes con sólo tus seguidores. Twitter es por cierto, mucho más provocador. Y ese atributo más punk bien utilizado puede ser un metralleta láser de última generación.

Lo interesante de estas herramienta y en especial de twitter es que confluyendo gente bien intencionada a un punto específico se pueden lograr cosas insospechadas. Con conversación + colaboración + participación es fácil generar colectivismo por el cambio que se quiera. O al menos, es mucho más fácil que hasta hace 7 años atrás. Puedes generar voces de alerta como también think tanks abiertos que arrastran a varios a la acción y a muchos a la valiosa conversación. Una suerte de crowdsourcing alrededor de una idea madre sólo para gente que sabe recibir input y no sólo espera recibir aplausos.

Todo lo anterior da un poco lo mismo y sería un discurso sin ningún norte si lo que se desarrolla en twitter no termina en el offline. No hay que olvidar que twitter no es la realidad sino más bien el teléfono convocante y nada más. Las grandes revoluciones o la evolución de tu mundo se da cuando sales de la barrera de la comunicación digital y todo termina en átomos, tangible, encarnado en algo que puede afectar positivamente a la sociedad. Claro, también puede ser negativamente. Pero sobre eso prefiero no hablar. Ya lo habla demasiada gente y me parece -aparte de aborrecible- muy poco original.

Eso por ahora. Ya vuelvo.

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