Saturday, May 20, 2006

CANCION



I had forgiven you for tricking me again
But I have been tricked again -
Into forgiving you -
What is this?? Are you some kind of hypnotist??
Waving your powers around - the sun eclipse behind the cloud...
I thought I recognized your face
Amongst all of those strangers -
But I am the stranger now
Amongst all of the recognized
What is this?? Are you some kind of hypnotist??
Waving your powers around - the sun eclipse behind the cloud

The Flaming Lips, Are You A Hypnotist

Monday, May 08, 2006

OPERACION


Claro, así como si nada un día debes operarte. Debes sacarte esa palabra que te atora la garganta y que te produce gastritis, esa palabra que se llena de aire, de humo, que te mantiene inquieto, que no te deja tranquilo. Si es que es la palabra.
O bien debes extirparte esa persona, el misterio que la cubre, la forma en que te escribe, la manera en que te mira y te piensa. Si es que es la persona.
Quizás no es ni lo primero ni lo segundo, quizás es tu cabeza y sólo tu cabeza, debes cortarla de inmediato y poner un zapallo en su lugar, o mejor una sandía que te refresque.

O si el electrocardiograma entrega una canción, debes tomar la guitarra y partir al pabellón a entonarla mientras caes en la anestesia.

O quizás lo tuyo sea la criogenización, congelarte cuando ardes como el infierno pensando en una espalda que no te pertenece o en un poema que no escribiste. Congelarte y volver cincuenta años después cuando ya no exista tal cual la imaginas y así buscar otra y repetir la maniobra. Y vivir para siempre hasta tocar la perfecta, escribir lo que buscas. O quizás no.

Probablemente el problema eres tú y la operación sea mayor. Vendrán médicos de todas partes, hombres que hablan en belga y en checo y en ruso y en arameo, sabios de bares que operan con tiritones de borrachos a los enfermos como tú, que no sabían cómo ni por qué ni cuándo porque sí. Y entre tajo y tajo te dibujen un mapa astral en la frente para que cada vez que te mires en el espejo veas que el destino no se maneja como un boogie de playa, sino como tren. Todo va por el mismo riel.

Lo más probable es que seas un hipocondriaco y no tengas nada, salvo demasiada conciencia de ti.

Más bien debes dejar que te abran de par en par, pongan tu alma en un recipiente metálico y la bañen en sales minerales y la mojen con agua bendita, ese líquido recogido del sudor de las mujeres que bailan y arrancan riendo de los hombres y de las plantas en la madrugada.

Sea como sea, hay que entregarse a las manos de los especialistas. Por eso, primero, antes de entrar al pabellón, hay que olvidarse de uno mismo, dejarse drogar por la anestesia y despertar al día siguiente, o en el siglo que viene. Y salir a caminar como nuevo, con la salud en su lugar, con tus zapatillas gastadas en el camino correcto, sin mochilas ni maletas con sobrepeso.

De alguna manera, es cierto: de la sangre de la medusa nació Pegaso.