Monday, September 17, 2007

LA ENVIDIA QUE TE DOMINA

Ese sentimiento oculto que te carcome el alma, esa imposibilidad tuya de no tener lo que el otro tiene, esas ganas de portar el anillo que no te fue dado. Ese metal oscuro y frío que te habla y te hace traicionar, dejar morir de sed al lado del río, ese placer siniestro de querer ver ahogarse en el mar al que nació con laureles, no poder ser tú el que brilla en la noche porque no llevas ni llevarás nunca -en la frente en tus manos en el brillo de tus ojos- la luz sanadora de los dioses.

Te he visto, te conozco, quieres lo que otros tienen en su mesa, en tu miseria quieres las ropas de los ganadores y te convences de que deben extinguirse sólo por ser mejores, por tener esa estrella que te fue negada en el misterioso momento en que se entregan las virtudes.

Salud envidioso, toma de mi agua pero toma rápido, remoja tu garganta seca y por favor no me sigas ni me mires con detención. Debo seguir mi camino y contigo a cuestas sería un infierno. Hay que ir liviano cuando buscas buenos lugares para volar y mis alas escondidas te harían enfurecer y babear. Comenzarías a fraguar venganzas, a poner trampas, a desear aquello que jamás tendrás. Tú conoces tu maldición: aún matándome y hurtando mis tesoros en tus manos se convertirían en cenizas, en piedras colosales, no podrías gozar del manjar que hay en mi mesa porque eres el que no sabe tener ni disfrutar lo propio, si no el que se asfixia desde niño mirando eso tan bello que portan los otros.

Allá en el cielo se ven las estrellas, millones de ellas. Quédate con todas y déjame sólo una, la más pequeña y lejana. Aún con el universo entero querrías esa, pasarías el día entero pensando en la que no tienes y al caer la noche aullaría escondida tu alma. Te daría de mi agua para que refresques tu garganta seca, y tú no lo agradecerías porque estarías embobado mirando el collar de donde pende la estrella que no tienes, llenando de veneno el aguijón de tus palabras, afilando el puñal de tus tretas, ido, ido, ido, perdido en la noche negra de tu destino.


14 comments:

Marlene Maravilha said...

Muy bueno artigo! Fuera de mi tambien todo lo malo que pueda venir de la envidia.
Gracias por saludarme.
besos

Lily Lara said...

No me digas que también eres TJ. Ifigenio Eñe y Rodrigo Ferrari porque si es así me reiría mucho.

Javier Sanfeliú said...

no! ferrri tiene su blog revelaciones chúcaras

nunca tanto desorden mental!

nadie said...

he sentido envidia, pero esta que describes da miedo, es como si tuviera que ver también con el afecto

Javier Sanfeliú said...

El problema con la envidia es que casi siempre está disfrazada de afecto hacia el envidiado, víctima que nunca sabe hasta que punto corre peligro porque la envidia es un río subterráneo que arrastra piedras en la oscuridad.
Es terrible la envidia. Tanto para el envidiado como para el que envidia. Seca el alma.

En fin, pensaba en eso.

Lily Lara said...

Y vas a ir?, qué ganas de conocerte, un hombre que me hace reir se merece conocerme.

Besos.

Javier Sanfeliú said...

??

Lily Lara said...

Me imagino que esos signos de interrogación son para mi?, si lo son, pos nada ... es que eres un tío que me provoca cosas.

(es que todo se lo toman en serio ???)

Cariños.

Cpunto said...

envidio a los que no envidian,

Cpunto said...

ah! y tambièn a los que tienen un bote de remos,

Javier Sanfeliú said...

yo envidio a tu cámara

Jeza said...

Que horrible la envidia!
Es como demonio que te posee, como tener a un gollum adentro, je.
Hay que hace fuerza para alejarla, enorgullecerse del otro.

Salute, muchacho!

L Mery said...

ips? que paso con lo de kite... yo me quede pensando en quien podria ver la sombra tras mis ojos... Ah! y es lindo volver cantando, en auto, en bici, a pata, como sea, si hay luna y algo lindo para recordar mientras se tararea (con la envida paso de comentar, xq x estos dias no quiero enganchar con cosas tristes) Saludos!

@slz_ said...

la envidia es como un bolsillo roto, como ese rio subterraneo que trae piedras pero no suena. es como el pico la envidia. y me da envidia ese texto parrafo por medio.