
Cuando de repente, a medianoche, se escuche
pasar una comparsa invisible
con músicas maravillosa, con vocerío -
tu suerte que ya declina, tus obras
que fracasaron, los planes de tu vida
que resultaron todos ilusiones, no llores inútilmente.
Cómo preparado desde tiempo atrás, como valiente,
dile adiós a Alejandría que se aleja.
Sobre todo no te engañes, no digas que fue
un sueño, que se engañó tu oído:
no aceptes tales vanas esperanzas.
Como preparado desde tiempo atrás, como valiente,
como te corresponde a ti que de tal ciudad fuiste digno,
acércate resueltamente a la ventana,
y escucha con emoción, más no
con los ruegos y lamentos de los cobardes,
como último placer los sones,
como último placer los sones,
los maravillosos instrumentos del cortejo misterioso,
y dile adiós, a la Alejandría que pierdes.
y dile adiós, a la Alejandría que pierdes.
Constantino Kavafis
(1.863-1.933)