Monday, November 13, 2006

DA LO MISMO


- Estuviste algo rápido hoy día- le dijo mientras se arreglaba el sostén sentada sobre la cama.
- Mal no lo pasaste, supongo- respondió rápidamente, con un dejo de incomodidad -además, siempre he sido igual.
- Quizás eso es lo que me molesta, que sea siempre lo mismo si nos estamos juntando para todo lo contrario. Para lo mismo, la casa, ¿no?
- pero habla entonces, si la cosa se pone mecánica habla algo, qué se yo, pide lo que esperas- dijo parándose de la cama y caminando al baño dejando una estela de sudor y molestia.
- Espero que al menos me preguntes cómo estoy antes de desvestirme como si fuera un plátano- dijo ella dejándose caer sobre la cama.
- ¿Y qué no era sexo esta huevada y punto? No confundamos el jueguito que eso es otra cosa- refunfuñó sentado en el water mirándose los dedos de los pies arrugados, como si estuviera viviendo un dejavu.
- el sexo también es eso, hablar, si no te hace daño- respondió ella con amargura mientras abrazaba la almohada haciéndose un chanchito de tierra, volviendo a la posición fetal.
- Ah ya, hablar- dijo él mientras se miraba la nariz a ver si de nuevo tenía ese maldito pelo afuera- por hablar es que empiezan a cagar estas huevadas y todo se pone color de hormiga.
- El amor no es color de hormiga- dijo ella tajante.
- Ah, ya cagó todo- dijo él apareciendo en la pieza y mirándola fijamente remató casi a quemarropa- ya dijiste esa palabra de mierda.

3 comments:

nadie said...

por estos lados nos pasa con más risas, sin piezas de hotel y bastante menos miedo...

ah, pero son puras trampas ¿no?

Cpunto said...

¿cómo no abrazarlo como si todo se les fuera a venir encima y besarlo hasta que la boca no se sabe, es de ella, de él....?
querer no sólo al cuerpo, mil veces mejor pal corazón, dicen, digo yo, lo grito a toda boca,

Paitoca said...

aaaahhhh!, esa palabra de mierda... que por miedo no me atrevo, que por verguenza la guardo, que por conveniencia la escondo, que al decirla todo muere!

esa palabra de mierda, que no logro adivinar si él la esconde, también.

nunca me he sentido como un plátano