Wednesday, August 24, 2005

PALABRAS


Esos trenes de letras que a ratos te llevan a lugares que crees conocer y no sabemos.
Trenes de carga con toneladas de sentido. Trenes con emociones, ternura, violencia.
Trenes que todo lo contienen. Trenes que explican y a la vez desordenan la realidad.

Existió un mundo sin palabras alguna vez en nosotros. Eramos colores, viento, sonidos, olores, tacto.

Alucinaciones, debemos haber tenido alucinaciones.

A veces hay que vivir unplugged. Y volver a la estación de trenes, nunca con la intención de quedarse. Es bueno vivir de turista. En el mundo del sentido, es bueno ser propietario de sólo unas maletas. Vivir en hoteles. Salir a pasear. Jamás comprar. Se corre el riesgo de volverse estatua. Y ser observado por niños que no saben palabras. Que aún no toman trenes hacia el lugar donde se nombran las cosas.

Tuesday, August 16, 2005

BESO



Treinta y siete años sobre la Tierra y nada, NADA como darle un beso a quién quisiste dárselo, cuando dejaste de fantasear y lo lograste. Claro, lo que viene después también tiene lo suyo, pero la Puerta de Entrada es inolvidable. Tanta cara linda de chica linda que cierra los ojos esperándote. Tanta respiración, tanto aliento de boca a boca, tantas ganas de cometer un beso.
Tanto beso que queda guacho, sin darse.
Robar un beso de una boca que no quería un beso.
Ese maldito beso que jamás le darás a esa maldita persona.
Besos no sólo en bocas, también en cuellos, clavículas, besos como disparados con metralleta por todo un cuerpo, los latidos entregando el ritmo en el que se desenvolverá la toma de posesión, cuando las tropas se rinden porque no quieren defender ningún patrimonio ni territorio. Un beso provoca que se regale un cuerpo, un alma entera.

Besos húmedos, lentos, caracolientos.
Besos cortos, una firma de tratado, un quiero pero aquí no puedo.
Un beso a una boca que no debiera haberte dado un beso.

tarde o temprano llueven los besos.

Mmm.

Un beso, sin duda, es una cosa que me provoca cosas.

Tuesday, August 02, 2005

MIEDO


Esa materia gris humeda y fría que inventó la primera arma. Esa sombra en el closet que sólo ves tú. Esa persona que camina detrás tuyo en la noche. Esa voz que un día te hablará antes de dormir y que no vendrá de nadie porque estarás solo. Esa carta misteriosa y obsesa que recibirás sin remitente. Un trabajo que perderás para siempre. Una persona te dejará sin previo aviso. Unos pasos en la casa deshabitada. Tu muerte súbita. Una mano en tu boca te despierta. Un perro le ladra a la nada en tu patio. Esa bomba que no sabes va en tu vagón de metro. Ese amigo del alma que te cuentan ha muerto.
El miedo, el ninja, el mil caras, el que puede estar en todas las cosas y que sólo se derrota respirando hondo y empuñando fuerte la espada invisible que heredaste de tus ancestros, esa que descansa filosa y brillante dentro de la caja de la fe y la esperanza.